Miren lo que me encontré e interpreté de la Biblia.
Oíd la palabra del Señor, príncipes de Xipetzinco; escucha atento la ley de nuestro Dios, contribuyente del Vaticano.
Profecía de Isaias.
10. Oid la palabra del Señor. Oh príncipes de Judá que imitan a los reyes de Sodoma y de Gomorra. 11. ¿De que me sirven, dice el Señor, las ceras, las flores, el incienso o los cohetes?, ya me tienen fastidiado. No me gustan las ceras ni las flores ni el incienso ni los peligrosos cohetes que tantas desgracias han ocasionado. 12. Cuando os presentáis ante mí, ¿quién os ha mandado llevar semejantes dones en vuestras manos, para presentaros en mis atrios?. 13. No me ofrescais ya éstas cosas inútilmente; pues abominó el olor del incienso, las misas, las oraciones y las demás fiestas vuestras no puedo sufrirlas más tiempo: porque en vuestras vidas reina la iniquidad. 14. Vuestros cantos y vuestras solemnidades son por lo mismo odiosas a mi alma; las tengo aborrecidas; cansado estoy de aguantarlas. 15. Y así cuando levantáis las manos hacia mí, yo apartaré mi vista de vosotros; y cuanto más oraciones me hiciereis, tanto menos os escucharé; porque vuestras manos están llenas de pecado. 16. Lavaos pues, purificaos, apartad de mis ojos la malignidad de vuestro pensamientos, cesad de obrar mal. 17. Aprended a hacer el bien, buscad lo que es puro, socorred al oprimido, respetad al extrangero y al fuereño pues tu posición los hace sagrados para tí, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. 18. Y entonces venid y pedidme; y os escucharé, y perdonaré vuestros pecados: pues así lo ha dicho el Señor por su propia boca.
Alguna ocación ¿haz escuchado en una misa
que un cura lea esto?.
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